Aprendizajes para el trabajo colaborativo en entornos digitales

El año 2020 trajo consigo cambios profundos e inimaginados, obligándonos como sociedad a adaptarnos a un nuevo contex- to de forma acelerada. De un día para otro fue necesario repen- sar la forma de trabajar, de estudiar y de socializar para eliminar su elemento más constitutivo: la presencia física. Las múltiples crisis que se desencadenaron durante este año han tenido con- secuencias en todos los ámbitos de la vida, y si bien nos tomará años volver a la presencialidad anterior, no todo ha sido negati- vo. Las crisis permiten adaptarse y también repensar el hacer, transformando la necesidad en el gatillante del cambio.

La disrupción creativa que acompañó estos meses de profun- da incertidumbre ha corrido la barrera de lo posible, acelerando procesos que podrían haber tomado décadas. La irrupción del teletrabajo, la telemedicina, la educación remota, la colabora- ción científica internacional a escala mundial para el desarrollo de vacunas, son ejemplos de cambios que tal vez no se hubie- ran logrado en otro contexto y ciertamente no con la misma velocidad. La crisis nos hizo, en muchos ámbitos, enfrentar nuestro temor a la incertidumbre y ensayar nuevas formas de hacer las cosas.

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